Friday, November 23, 2012


Qué se imaginan los Jóvenes: de las mutaciones culturales a la cotidianidad vivida.

Leonel  Yáñez
Periodista.

Más de un tercio de la población se siente y es joven. Su modo de ser difiere de nuestra ya desbordada juventud. Quienes fuimos los jóvenes de la Generación de los Ochenta, compartimos una identidad imaginada. Esta tuvo anclaje en un momento histórico donde la violencia se ejercía simbólica y materialmente. También un anclaje puesto en la pérdida de la niñez, vivida al interior de unas familias que imaginaban colectivamente un mundo mejor.

Por ello la pregunta que me hago: qué se imaginan los jóvenes. Y para responderla, recurro a una meta pregunta que me puede conducir a discifrar el enigma que me autoconvoca: Imaginario: uso social de las representaciones e ideas que la gente tiene de lo que acontece y que los vincula o los aparta, toda vez que se produce el intercambio en el contexto de lo que podemos llamar la comunicación social.

Aguilera, Oscar dice en sus trabajos que, a la juventud le han puesto unos marcos por donde debe bailar o sencillamente rebelarse: la juventud debe ser obediente, debe ser auténtica y al mismo tiempo, es relegada a un lugar donde carece de posibilidades que la habilite como sujetos. “La juventud no tiene voz” (Aguilera; 2012).

Es decir, carecería de discurso, o es desoída. Entonces: ¿qué se imaginan los jóvenes?

Nosotros, los jóvenes de ayer, hace ya treinta años, imaginábamos un país sin Pinochet. Imaginábamos encontrar a los detenidos desaparecidos. Imaginábamos asistir a un concierto del Inti Illimani junto a Silvio y Pablo. Imaginábamos terminar nuestras carreras e incluso imaginábamos trabajar y compartir con la mujer de la vida y hasta ser padres. También imaginábamos que un equipo chileno volviera a ganar la Copa Libertadores de América. También, con los amigos, conversábamos de lo que imaginábamos. Algunos también soñaban.

Un país sin jóvenes es inimaginable. Un país que no imagine que éstos son rebeldes, cuestionadores, es un país iluso. Desde hace algunos años, más precisamente los últimos 20, lo hemos sido. Nos convencieron que era mejor callar. De ese modo, nuestra imaginación, madura y curtida, fue apagándose. Dejamos de imaginar que podíamos ser una sociedad más democrática. Empecé a imaginar en comprarme un auto, en comprar una casa, en pagar el colegio a los niños y en dar la vuelta al mundo. Esta última imagen me gusta: dar la vuelta al mundo. Dejamos de imaginar que, los sueños se conversan, y la vida se comenta. Dejamos de conversar y se nos vino encima lo inimaginado. Ahora sorprendido me pregunto otra vez: ¿qué se imaginan los jóvenes?

Porque el “dominio del imaginario colectivo se funda en la identidad de principios con las comunidades de sentido, que forjan las líneas de influencia en cada coyuntura” (Denis de Moraes; 2007). A lo menos, entonces, lo que imaginan los jóvenes pareciera plantear una ruptura con el modelo hegemónico, con lo que ha liderado cultural e ideológicamente la sociedad chilena las últimas dos décadas: la ruptura con los valores de la dictadura, fue más bien un simulacro de un real imaginado. Y hoy, las mutaciones culturales, observadas en las nuevas generaciones, contrastadas con nuestras propias experiencias desde el haberlo sido, manifiestan que lo que imaginan aquellos que masivamente no concurrieron a votar (por citar un hecho contingente del que se habla), no es precisamente la imagen hegemónica consensuada desde las instituciones políticas y su sistema. Es ahí donde está la ruptura, en el seno mismo de lo que pensamos y deseamos. Un imaginario nuevo corroe, tropieza con uno de tipo inerte, perezoso, malgastado, ya viejo.

Los imaginarios operan como materia simbólica, idea fuerza, para alcanzar un acuerdo que, finalmente, termina por redefinir las cuestiones esenciales de una sociedad concreta: la dictadura así lo hizo, provocó una de las transformaciones socioculturales, políticas y sociocomunicativas más profundas desde que existimos como nación. Dejamos de ser lo que creíamos éramos y el pueblito “llamado Las Condes” dejó de ser esa promesa, porque sus habitantes cambiaron para no ver al forastero. A esa “revolución cultural” hoy, imagino, se le viene una que desde ya hace un año está poniendo en cuestión “las verdades” consensuadas en el Parlamento del Chile Actual.

Eso creo imaginan hoy los jóvenes: educación gratuita, salud digna y para todos, más y mejores espacios para la cultura, el deporte y la entretención. Acceso ilimitado a las nuevas tecnologías. Comunicación participativa y derecho a la expresión pública en los asuntos de interés de todos. Y como se imaginan todo ello, evidentemente ya no logramos reconocerlos y menos interpelarlos. Se hacen los sordos, no hacen caso y no van a votar, se comienzan a parecer a lo que alguna vez nosotros mismos imaginábamos que podíamos ser. Y mejor aún, están corregidos y aumentados. Marchan, son valientes. Están mutando, gracias al Dios y a los Mayas.

Friday, August 24, 2012



Vamos a decir que NO…

Dino Pancani Corvalán
Doctor © Estudios Americanos.


El estreno de NO, la película, pone al centro del debate la resistencia a la Dictadura militar, el enfoque está puesto en quienes apostaron por el término del régimen. La cinta revisa un período poco visitado desde el arte, las ciencias sociales y las humanidades. Un tiempo marcado por la lucha colectiva en contra de la derecha política y los militares que ostentaban el poder. Un relato cinematográfico puesto al servicio de la resistencia mediática y no en la persecución en contra de los opositores a Augusto Pinochet.

La principal novedad de la película es relatar el episodio que determinó la salida del Dictador, quien dejó La Moneda, pero no las estructuras de poder. Como botón de muestra, recordemos que siguió siendo Comandante en Jefe del Ejército y posteriormente Senador de la República.

El Plebiscito de 1988 permitió a la mayoría de los líderes que participaron de los gobiernos civiles, auto coronarse “constructores absolutos del retorno a la democracia” y a quienes se la jugaron por la continuidad del Dictador, autoproclamarse “paladines de la democracia”, ya que los militares y su diseño institucional, condujeron el pálido retorno a un sistema de gobierno cuyo look representa a las mayorías, pero su materialidad sigue representando a las minorías poderosas. La película no los cuestiona, los deja a todos en el mismo sitial.

Dicho lo anterior, creo necesario reflexionar sobre la posición del cineasta y su obra: NO, la película.

a) La elección de la temática es arbitraria, irresponsable, autónoma. Todo ello, le hace bien a la obra, es un proceso creativo que idealmente no debe tener ataduras, ni compromisos, se trata de alcanzar una independencia total.
b) Una obra audiovisual no puede representar todas las memorias que disputan la interpretación del pasado, pero puede ser inclusiva o excluyente.
c) La película es producto de la creación de un pequeño grupo que se propone contar una historia que, de la mejor manera posible, dé cuenta del mensaje propuesto por el equipo.
d) Se optó por el género de ficción, condición que entrega libertad narrativa a los realizadores, quienes pueden apartarse de los acontecimientos documentados y construir un relato sin tener que justificar históricamente su coherencia. En este caso, se usan las imágenes de archivo, las cuales ponen énfasis en los casi 25 años que nos separan del episodio contado. Por ejemplo: la secuencia donde aparece el ex Presidente Patricio Aylwin, como el hombre que alaba el actual gobierno y reivindica el supuesto rol
colaborativo de Augusto Pinochet en la consolidación democrática, lectura que hacemos desde el presente coyuntural, ya que es la imagen de un personaje que evidencia el paso de los años. Utilizando como herramienta una suerte de elipsis, el realizador nos invita a ver las imágenes que nos recuerdan al otro Patricio Aylwin, aquel dirigente demócrata cristiano olvidadizo de su pasado golpista, conciliador con las fuerzas de izquierda, ambicioso de ser la nueva autoridad de la República, quien emite una arenga a través de está franja.

Como resumen, podemos convenir que el Plebiscito permitió que Pinochet y sus amigos mantuvieran mucho poder durante los gobiernos transicionales, lo cual justificó una alianza entre un sector de los partidarios del No y los adherentes del Sí, quienes consensuaron reconocerse moderación mutua en el proceso que desplazó a algunos metros al Dictador: de La Moneda pasó a ocupar el edificio de las Fuerzas Armadas, a esta transacción, algunos involucrados le llamaron Razón de Estado.

Ahora, hablemos de la película.

El contexto que presenta la cinta no da cuenta de los matices que tenía la opción del No, diferencias que se expresaban a partir de la incorporación de dos palabras que representaban un cambio profundo en el diseño de la oposición: llamar a votar por el NO, era un camino para, por la vía de la negociación, alcanzar el retorno de la democracia en Chile.

Llamar a votar por el NO, hasta vencer, era una posibilidad que intentaba mantener independencia y radicalidad a la resistencia en contra la Dictadura, en donde el plebiscito era el comienzo de una nueva etapa en la lucha frontal contra Pinochet, idea que se desmoronó con el reconocimiento institucional del triunfo de la opción NO.

Hace algunos años, los alicaídos líderes del plebiscito fueron rememorados como víctimas conciliadoras en la película Dawson, Isla 10, cuyo relato se basa en la estadía del ex ministro Sergio Bitar en un campo de concentración, hoy se les da espacio a los vistosos publicistas (de la Concertación) para que desplieguen toda su creatividad y desde sus glorias pasadas traten de convencernos de ser los principales protagonistas de una gesta colectiva, excluyendo a otros actores y a la movilización social de los réditos del triunfo.
La cinta tiene un ritmo y una estética visual que conmueve, sus imágenes ripiosas le otorgan verosimilitud y proximidad a la historia, nos transporta a la atmósfera de aquellos años, a sus urgencias, sus contradicciones, sus miedos y dolores.

¿Qué tuvieron de especial los publicistas?. En el universo de la película, la historia presentada no es nimia, no es una pequeña anécdota, sino se le otorga indirectamente el valor de ser una franja cuya creación se “transformó en un tema de Estado”. Hay una sobredimensión de su efectividad y del aporte que realiza a la recuperación de la democracia.

Al protagonista, la temática social no lo conmueve: los muertos, los asesinatos, el hambre, la falta de libertad, entre otras consecuencias de vivir en Dictadura, no son una motivación para ponerse al servicio de las fuerzas opositoras. Aún cuando haya sido una víctima de la Dictadura, no asume el desafío como un acto cognitivo emocional, sino como una contienda que le permitirá vender un producto: el NO. El cambio de Dictadura a democracia es una ganancia que debe tener mayor aceptación sobre consumidores pasivos.
Se presenta la tensión entre una cultura política / social que pretendía poner al centro la vida como concepto, los derechos humanos, el hambre, la libertad, la verdad, y otra propia, la del mercado, en donde las ideas anteriores o se esconden o se banalizan.

“La alegría ya viene”, es la promesa de un abstracto, que tiene un doble significado: por una parte es el anhelo individual concreto de la gente, y por otra, tiene un alcance colectivo que se diluye cuando se produce el cambio propuesto. En el marco de la película, es la oferta de un profesional dedicado a la “venta”, a la persuasión, a generar modificaciones conductuales en función de un producto, cuya calidad y convicción no es superior a la competencia, se trata de una transacción sin garantía ni servicio de post venta. Dicho en vulgar, es la venta de una mejor pescada.

Aunque, no hay claridad desde de la cinta, si se mira desde el contexto de su producción, se puede entender cómo los políticos se vieron “forzados” algunos, y otros “seducidos”, por esta manera de entender y ejecutar la política. Con NO, la película, se puede identificar el punto de inicio que ha predominado en la mayoría de los partidos políticos: el discurso banal, la trampa de la publicidad, el impacto de los medios, la estética de la moda industrial, el ocultamiento de ideas, transforma a la política como un juego de lobbistas y burócratas.
La película termina con el “héroe”, solo, presto a iniciar una nueva campaña, con la satisfacción del deber cumplido, con la complacencia de haber dinamitado los cimientos de la política de las ideas y dar paso a la astucia de las apariencias.

Monday, August 06, 2012

Despedida a Lincoyán Berriós, Fernando Ortiz y Horacio Zepeda.

“Hoy vuelvo a tu memoria clandestina, allí donde una vez se abrió la tierra…”


Aquí estamos, padre nuestro: después de tantos años de espera, ayer hemos recibido tus restos para devolverlos a la tierra, la misma tierra que desde las profundidades de la mina en Cuesta Barriga guardó tus pequeños huesitos para que los encontráramos, para que los reconociéramos y para que los cobijáramos cariñosamente.

Con mi madre y mis hermanos, queremos hablar de ti desde la vida, porque sentimos que esa es la herencia más hermosa que nos dejaste: fuiste un hombre que por sobre todo, amó la vida y de tanto amarla, la entregó generoso en pos de la libertad y la democracia para tu pueblo.

Entonces, mi papito amado, quiero hablarte desde mis emociones y desde todos los lugares que me unen a ti.

Voy a hablarte como mi compañero de ideales y de militancia, porque de ti aprendimos a abrazar la causa de la justicia y los sueños de construir una patria más justa para todos, especialmente para los más sencillos.

Te veíamos entregarte por entero a tu trabajo como dirigente sindical, cuántas veces nos alegramos contigo por cada lucha ganada, como cuando llegabas después de alguna elección, cansado pero feliz de haber logrado el triunfo de tus proyectos.

Fuimos parte también de los momentos duros, cuando no quedaba otro camino de consecuencia que el de unirse a la lucha clandestina por la recuperación de la democracia. Me acuerdo del día en que volviste a la casa y nos contaste que te habían contactado del Partido para integrarte al trabajo de la dirección. Estabas tan emocionado que lloraste y nos hiciste sentir el compromiso enorme de esa decisión, pero no desde el miedo, sino desde el amor.

Esa fue una decisión de un profundo contenido ético, tú sabías los riesgos a los que te enfrentabas. Esa opción marcó tu entrega. Y aún cuando hoy día hablamos de ti como una de las tantas víctimas de la acción criminal de la dictadura, te reconocemos por sobre todo como un activo luchador por la democracia y nos sentimos orgullosos de tu actuar. Eres nuestro viejo comunista.

Quiero hablar de ti también como el hombre que fuiste, alegre, cariñoso, coqueto, porque tenías mucho arrastre entre las compañeras. Hablar de ti como fanático del Colo Colo, que disfrutaba a concho las idas al estadio a ver a su equipo. Seguramente estarías muy contento de saber que varios de tus nietos siguieron tus pasos en este cariño.

Hablar de ese hombre gozoso, que gustaba de compartir con su familia y sus amigos, de ese que cada vez que hacía un brindis con una buena copa de vino, hacía la declaración de amor más hermosa hacia mi madre, diciéndole “por sus ojos” y ella te respondía “que son suyos”.

O del padre que nos invitaba a la lectura, a escuchar música por el puro placer de adentrarse en otros mundos. Y ese legado está en tus nietos, músicos, poetas, artistas, creadores.

Quiero hablarte como hija, hablar también por mis hermanos. Han pasado casi 36 años y estamos todavía con todo nuestro amor hacia ti, con la tremenda necesidad de tu ternura, de tu cariño, de tu protección. Con un vacío en el cuerpo y en el alma, que hoy al encontrarte se va llenando y que ha estado a veces menos visible, o que hemos sentido menos cuando nos han acompañado los amigos que hoy son parte de nuestra gran familia.

¿Qué nos dirías, viejo, hoy día? ¿Qué conversaciones tendríamos sobre la vida, los hijos, el amor, la historia, los ideales, la militancia? ¿Sobre qué libros comentaríamos? ¿Qué música disfrutaríamos cualquier tarde de domingo? ¿Qué pretexto buscaríamos para celebrar y brindar?

Te hablamos desde el corazón, viejo comunista. Queremos decirte cómo nos hubiera gustado que nos abrazaras el día que terminamos el colegio. Que hubieses estado con nosotros cuando armamos nuestras propias familias. Que hubieras ido a conocer a tus nietas y nietos recién nacidos, al Hospital. Que disfrutaras con ellos, que te vieras en sus risas, en sus cantos, en sus gestos. Que celebraras cuando terminamos la universidad. Cómo nos hubiese gustado tener a al papá…La pena esta aquí, escondida, más pequeñita quizás, pero aún duele tu ausencia.

Nos gusta pensar, papá, que la semilla que sembraste, hoy día brota y florece en nuestros hijos. Al verlos, sentimos que la vida ganó la batalla, son ellos los que hacen florecer nuevas primaveras y recogen tu legado. Te imaginamos feliz participando de las marchas estudiantiles, seguro andarías por ahí con los abuelos exigiendo el fin al lucro. También te imaginamos discutiendo de política con ellos, reclamando de sus críticas o a lo mejor diciéndoles que se cortaran el pelo o que no se lo tiñeran de tantos colores, pero en el fondo, henchido de orgullo por las bellas personas que son.

Eso eres en nuestras vidas, Lincoyán, eres el compañero amoroso, el padre, el abuelo, el militante, el amigo.

Por eso, cuando termina esta larga espera y nos volvemos a encontrar contigo, hoy día que cerramos una etapa necesaria como familia, junto con declararte nuestro amor y lo orgullosos que estamos por tu herencia de vida, queremos reconocerte también como un luchador, verdadero héroe de la democracia. Y contigo reconocer a los Fernando, a Horacio, a Waldo, a Armando, a Héctor, a Reynalda, a Lizandro, a Santiago, a Luis, a Edras, a Carlos, a Angel, a Víctor Díaz, y en ellos a todos los hombres y mujeres que dieron su vida por un Chile más justo.

Ofrecemos a nuestras hermanas y hermanos que aún no encuentran a sus padres, este rito de supultación, a aquellos con quienes formamos la familia de los 13, detenidos en diciembre de 1976, también a los Juica, a las Zamorano, a los Muñoz, a todos los que todavía esperan…

Hace unos años, mi hermano Pancho, te escribió una obra musical, El roble blanco (en mapusungun Lincoyán quiere decir roble blanco). En esta despedida, que es también un re-encuentro, quiero compartir un texto que refleja el sentir de nuestra familia:


“Hoy vuelvo a tu memoria clandestina,

allí donde una vez se abrió la tierra,

sepulto este dolor que fue mi espina,

que nazca un nuevo sol desde estas piedras.

Hoy quiero agradecerte por la vida

que diste por los hombres, por su luz,

mis ojos son tus ojos, sangre mía,

te bajo con mis manos de la cruz.

Descansa Lincoyán, padre y abuelo,

tus ramas crecen firmes hacia el cielo.

Descansa Roble Blanco, alza tu vuelo,

tus hojas van cayendo aquí en mi pecho.”


Te amo, papá...

¡LINCOYAN BERRIOS, PRESENTE, AHORA Y SIEMPRE…!

De su hija, Marisol Berríos González, Santiago, Sábado 28 de julio de 2012. Memorial de los Detenidos Desaparecidos. Cementerio General.

Monday, June 11, 2012

MATTELART: “LA COMUNICACIÓN ESTATAL NO ES LA COMUNICACIÓN PÚBLICA”


Mattelart comenta respecto de las redes sociales virtuales, el poder de los mediops de comunicación, y la democratización del espacio mnediático por parte de las ciudadanías y movimnientos sociales.

Indira Carpio y Ernesto Navarro (Question, publicada en Boletín Virtual de la Agencia COMCOSUR)

La primera función de los medios es vigilar que no colapse el sistema. Los poderes nos vigilan, porque nos tienen miedo. Movimientos sociales latinoamericanos son conscientes de la importancia de democratizar los medios. Del tecno-determinismo o cómo las redes sociales -por sí solas- no pueden hacer. En toda América Latina el debate sobre el rol de los medios privados de comunicación, en abierta oposición a los gobiernos que no siguen los dictados de Estados Unidos, es un tema en manos de los pueblos y sus movimientos sociales.

La más reciente intervención del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, en la 42 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), realizada en Cochabamba, Bolivia, no hizo más que llevar a un escenario diplomático, secretos a voces en toda la región: las empresas privadas de información son los mercaderes de un sistema en decadencia y por tanto, contrarios al empoderamiento de colectivo.

Sobre este rol de los medios de comunicación masivos, entrevistamos en La Brújula del Sur (1), a Armand Mattelart (2). “En América Latina, los movimientos sociales han tomado conciencia de la importancia de democratizar los medios de comunicación”. En opinión del sociólogo belga, los gobiernos progresistas de la región han facilitado un nuevo proceso comunicacional, permitiendo que la tenencia de los medios no sea un manejo exclusivo de empresarios.

“Yo creo que los pueblos deben ejercer el derecho que tienen a la comunicación y exigir su participación en la creación de otra comunicación. Los debates que hay en América Latina, y que ya hubo en Ecuador, Bolivia y Venezuela, ponen en el centro de la problemática sobre la democratización de los medios, el tema de la participación”, destaca el teórico de la comunicación. El cielo no está totalmente nublado. Mattelart estima que “en los 10 últimos años hay cada vez más conciencia de que el poder de los medios no puede seguir así”. Y lo repite. “América Latina es fundamental en la apertura de este debate”.

La sacrosanta SIP y Pinochet

Pero abrir un debate sobre los medios privados de comunicación, supone tocar intereses que, durante muchos años, fueron intocables y protegidos bajo la sacrosanta y supuesta “libertad de expresión”. El custodio del supuesto derecho, en esta parte del mundo, es la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Este pulpo de mil tentáculos -todas prolongaciones de las esferas del poder- defiende la actividad empresarial, por encima de los deberes básicos: informar, educar, entretener.

Armand Mattelart considera que hacer cualquier tipo de crítica, señalamiento o reclamo a las empresas de comunicación, es un terreno pantanoso, porque “es sumamente difícil”. El sociólogo expone una verdad incontestable. “Señalar a los medios es considerado como una agresión a la libertad de prensa o la libertad de expresión”. Y es que los dueños de la SIP (que no son otros que los dueños de los medios) han estado siempre del lado de la acera que le permita seguir aumentando sus ingresos económicos, aún a costa de la democracia, la seguridad, o la propia vida.

“Basta mirar los argumentos de la SIP en América Latina. Yo sé algo de ello, porque en Chile fue un problema real. Durante los 3 años del gobierno de Allende, la SIP lo atacó sistemáticamente, incluso hizo una alianza con el stablishment mediático de Chile, los cuales enviaban al exterior noticias totalmente falsas, desinformadas y el sistema internacional de noticias las devolvían a Chile con la legitimidad internacional”. Pero, casi cuarenta años después, jamás se ha cuestionado el papel de la prensa privada chilena en el Golpe de Estado y la cruenta y sanguinaria dictadura de Augusto Pinochet.

“En Chile hay una reverencia por parte de los poderes, no sólo de los conservadores -sino y también de la Concertación- hacia el diario El Mercurio, un medio que ayudó al golpe de Estado y que sostuvo a la oposición que hacía huelgas durante los años de ataques al gobierno de Allende”. El entonces encargado de desarrollar políticas comunicacionales para el gobierno de Allende afirma que “El Mercurio fue el organizador intelectual del golpe” y asevera que “finalmente no hubo ninguna discusión, después de la dictadura, del papel de los medios”.

Vigilados

Las alarmas de los poderosos se prenden y cuando los pueblos hablan de democratizar, ellos responden con iniciativas como la ley Sopa, Acta en Estados Unidos o la llamada ley Yeras de Colombia, entre otras en diferentes partes de mundo, que pretenden limitar a los ciudadanos en el uso de herramientas de comunicación como el Internet y, que conceden a los Estados “el permiso” de intervenir las comunicaciones y usarlas a favor de la nación y en contra de los usuarios. “Esas leyes son un indicativo de la debilidad de los poderes. Estamos en un mundo donde los Estados están trabajados por lógicas de vigilancia (…) la vigilancia sin la contraposición de los ciudadanos”.

Arma, red social

¿Por qué en contra de los ciudadanos? Porque en su expansionismo económico, las potencias trasnacionales necesitan pueblos dormidos que no se resistan al saqueo y expoliación de las riquezas de sus país. Mattelart recuerda lo ya dicho por “Donald Rumsfeld, jefe del Pentágono cuando la invasión a Irak: Las páginas web y las nuevas redes son sistemas de armas”. En una de sus más recientes publicaciones, El mundo vigilado, Mattelart sostiene que la lógica de los medios obedece a la lógica de la guerra, pero que también puede ocuparse de la cultura y del mejoramiento de la sociedad, cuestión que se logra si la comunicación es democrática.

Las llamadas redes sociales no sólo son herramientas que desmovilizan sino que atomizan.

“En la actualidad, estas redes como Facebook, Twitter y otras, son llamadas redes sociales ¡Usted se imagina! Para los demócratas del mundo, las redes sociales eran redes de solidaridad que tenían proyectos colectivos y en la actualidad se llaman así a un conjunto de individuos que finalmente se vinculan, individualmente, a partir de relaciones muy débiles. El problema es que la noción de redes sociales concebida a partir de la web, se apoderó de la noción misma, de la noción real de redes sociales”, explica el sociólogo.

Aunque no sean herramientas neutras, “es evidente que esas redes ayudaron a los movimientos revolucionarios tunecinos o egipcios, por ejemplo; pero no hay que darle un papel mayor o más importante. Más allá de eso hay otras formas de vinculación entre revolucionarios”, agrega Mattelart. El peligro, alerta el comunicólogo belga, “está en el tecno-determinismo”, o en creer que esas llamadas redes sociales por sí solas pueden hacer los cambios. Además, “es evidente que si los demócratas usamos las redes en períodos de crisis, para hacer avanzar esos proyectos (de cambio), hay que saber que en el campo opositor (en el imperio), han tomado conciencia de elaborar una nueva estrategia para que estos medios no funcionen en contra de ellos”.

Citó como ejemplo el caso del sitio web Wikileaks y la circulación mundial de documentos del gobierno de Estados Unidos. Su impacto en Washington generó las propuestas de leyes que pretenden controlar –aún más- las herramientas comunicacionales. “Para mi, el acontecimiento de Wikileaks, ha conseguido que el gobierno de EE.UU. realizara un cambio en su geopolítica de control sobre los usos de las llamadas redes sociales. La revelación de tontas informaciones en Wikileaks les dio miedo”, dice profesor universitario.

Por lo que en el panorama avizora dos frentes importantes de lucha, “el Financiero y los Medios. Ambos implican inventar nuevas formas de lucha social”. Recuerda que con la multiplicación de las crisis, se hace evidente -cada vez más- que los medios tienen una función de desinformación, ya que “son un elemento de reproducción del sistema”. Desde la ya lejana década del 30 del siglo pasado, evoca Armand Mattelart, la sociología funcionalista norteamericana, conservadora, aseguraba “que los medios, como primera función antes que divertir, que entretener; deben vigilar. Es decir, asegurar que no haya colapso del sistema”.

La comunicación pública no es la estatal

Ahora bien. Con el avance de la democratización de los medios de comunicación en América Latina, la aparición de los medios comunitarios, el fortalecimiento de los alternativos y la posesión de los Estados de nuevas bandas del espectro radioeléctrico; aparecen nuevos debates.

¿Tenemos en América Latina medios Públicos o Estatales?

Mattelart responde. “La comunicación debe ser un servicio público. Y allí está el gran problema. En muchos países latinoamericanos se habla mucho de medios de servicio público cuando son, finalmente, medios estatales. El servicio público implica considerar la comunicaron y la información como un bien colectivo y tener en cuenta la participación de todos los ciudadanos”. En Venezuela ¿Estamos a la mitad del camino? ¿Qué ocurre con los financiamientos a los medios de comunicación comunitarios y alternativos por parte de instituciones del Estado? ¿Contamos con el Sistema Nacional de Medios Públicos o debería llamarse Sistema Nacional de Medios del Estado? Preguntas para otro capítulo.

(1) Programa radial, Caracas.

(2) Armand Mattelart, sociólogo belga, teórico de la comunicación, coautor con Ariel Dorfman del libro Para leer el pato Donald y corealizador del filme La espiral en 1976. Fue uno de los encargados de analizar las políticas comunicacionales del gobierno de Salvador Allende, también lo hizo como demógrafo en la crítica a las políticas de control de natalidad del gobierno de Kennedy en el marco de la Alianza para el progreso. Es un referente en el análisis y la investigación del cuarto poder. Actualmente, es profesor catedrático en Ciencias de la Información y la Comunicación la Universidad de París.



UN PUNTO DE INFLEXIÓN PARA LA TELEVISIÓN


GOBIERNO URUGUAYO APROBÓ DECRETO DE TEVÉ DIGITAL (apropósito de la discusión de la Ley de TV Digital, en Chile)


Edison Lanza (Brecha para Agencia COMCOSUR_Uruguay)

Algunos altos funcionarios del entorno del presidente José Mujica afirman que el mandatario tiene un "máster en comunicación", refiriéndose así no sólo a su facilidad para comunicar –más allá de la oportunidad en que pronuncia algunas opiniones– sino a su conocimiento del sistema de medios en todo el país. Conoce bien a los dueños de los medios (y su influencia), los públicos a los que llega cada uno y las características de buena parte de los periodistas con los que trata.

Por algo Mujica demoró meses en tomar una de las decisiones más democratizadoras respecto a los medios audiovisuales en los últimos 30 años. Después de algunas declaraciones enigmáticas, el viernes 10 firmó el decreto que regulará la transición de la televisión analógica a la digital abierta en Montevideo, que además contiene un nuevo marco para asignar las frecuencias reservadas para esta modalidad.

La ley del servicio de radiodifusión comunitaria, aprobada en 2008, incorporó a nuestra legislación una serie de principios de la radiodifusión. Los promotores de aquella ley recuerdan que estos principios rigen para todos los sectores audiovisuales y no sólo para los comunitarios. Para muchos ese capítulo de la ley pasó desapercibido, pero esos principios de rango legal son clave: refieren a la calidad de patrimonio común de la humanidad del espectro, a las garantías para ejercer la libertad de expresión en cualquier plataforma, a la necesidad de diversidad, pluralismo, transparencia y equidad en el acceso a los medios audiovisuales en general.

Las autorizaciones para la televisión digital se deberían constituir en la piedra de toque de la transformación del concentrado y previsible sistema de televisión nacional. Una mayor competencia en el sector comercial, el ingreso de nuevos actores tanto públicos como alternativos, la llegada de una tecnología de alta calidad para producir y trasmitir, y el desarrollo de una política pública para fomentar la producción televisiva deberían liberar fuerzas creativas hasta ahora maniatadas por un escenario empobrecido por la concentración de las frecuencias en pocas manos.

La decisión adoptada tiene también una significación sustantiva en términos de calidad democrática y de ejercicio del poder público frente al poder fáctico de la televisión. Por primera vez desde que Canal 10 empezó a emitir una señal de televisión en Uruguay, el 7 de diciembre de 1956, un gobierno establece reglas objetivas, transparentes y democráticas para asignar el uso del espectro destinado a la prestación de servicios audiovisuales privados. Por primera vez las licencias para ofrecer una nueva tecnología no se otorgarán automáticamente, en forma discriminatoria y sin condiciones, como sucedió antes con la televisión color, la televisión para abonados y la televisión abierta.

Veamos algunas de las innovaciones del decreto en materia regulatoria:

1) se reserva espacio en el espectro radioeléctrico para tres sectores televisivos en equilibrio (siete canales privado-comerciales, seis públicos y siete comunitarios) y se habilita el ingreso de nuevos jugadores (hasta seis canales en el comercial, hasta dos en el público y hasta dos en el sector comunitario). Todo lo cual permite el ingreso de nuevos medios y la coexistencia de distintas formas de propiedad, con objetivos diferentes (lucro, educativo, alternativo, comunicación social, público –y dentro de éste, municipal, judicial, legislativo–);

2) se reafirma que el espectro es patrimonio común de la humanidad y se asignará su uso bajo concurso público (sin perjuicio del hándicap con que correrán los canales actuales), con un plazo de 15 años y con obligación de rendir cuentas. Se termina así con 50 años de licencias "precarias y revocables", que en la práctica son permanentes y hereditarias;

3) se establece el control social en la asignación y seguimiento de las licencias a través del Consejo Honorario Asesor Independiente, integrado por diversos actores;

4) se establece el acceso gratuito a todas las señales de televisión digital abierta.

Por todo esto el decreto no es poca cosa. Pero además sorteó los cuestionamientos, injustos, sobre presuntos ataques a la libertad de expresión e injerencia en los contenidos, al punto de establecerse que ninguna renovación puede negarse como castigo por la línea editorial e informativa (algo inédito en toda la región). A ningún organismo u organización de derechos humanos se le ocurrió señalar que el decreto violenta la libertad de prensa, porque realmente esa amenaza no existe; todo lo contrario.

RETOS

Ahora bien, si queremos superar la televisión "chatarra" hará falta complementar este paso con medidas legales impostergables y políticas públicas para el sector de la comunicación. En este tema no se puede ser ingenuo. La implementación de los llamados a concurso y el control sobre los mismos será un momento clave. El diseño del decreto toma en cuenta la experiencia previa de los actuales canales 4, 10 y 12, por lo que es de esperar que esas empresas obtengan un canal "multiplex" cada uno (tres de los seis disponibles), lo que va a potenciar su situación actual (podrán combinar dos señales hd, o una hd y dos estándar, o hasta cuatro estándar, más interactividad y movilidad).

Como el Ejecutivo introdujo el adverbio de cantidad "hasta" seis canales –en la redacción original se proponía adjudicar seis efectivos por concurso–, esto podría significar que en una primera instancia sólo exista un concurso por cuatro canales "multiplex", con lo que la competencia se incrementaría en un solo nuevo jugador. Si la opción fuese por cinco o seis, y si además fuese posible que distintos proyectos convivieran en el mismo canal (no hay impedimentos técnicos para compartir un canal), ya estaríamos hablando de un cambio sustantivo y permanente.

Habrá que ver cómo responden el canal público y Tevé Ciudad a la transición y a la exigencia de nuevos contenidos, y si se suman nuevas opciones públicas (un canal parlamentario o un canal metropolitano, por ejemplo). Y si con el tiempo se suma alguna opción comunitaria de corte alternativo, que complemente el esquema de diversidad.

En materia regulatoria, también quedan desafíos. Durante el proceso de consulta pública del decreto –otra innovación acertada contra los arreglos debajo de la mesa–, los canales lograron hacer caer la aprobación de un canon por el uso del espectro: "requiere ley", se quejaron. Bien, ¿por qué no aprovechar la rendición de cuentas para establecer por ley el pago de canon? (Después de todo, en el mismo espacio habrá más posibilidades de negocios gracias a la multiplicidad de canales que tendrá a disposición cada operador, la interactividad y la convergencia con los teléfonos inteligentes, tabletas, etcétera.) El canon está destinado a alimentar un fondo para la producción audiovisual de televisión, que buena falta hace.

Otro capítulo que no debería tardar en llegar al Parlamento es la ley de servicios de comunicación audiovisual, norma necesaria para mejorar la televisión a largo plazo, capaz de cambiar rutinas y prevenir los abusos que se siguen produciendo hasta ahora.

Se requiere una ley para avanzar en temas tales como la limitación del poder concentrador de los "tres grandes", mecanismos de autorregulación y defensa de las audiencias, la regulación de la publicidad, del derecho de niños, niñas y adolescentes y personas con discapacidad, la independencia del sector público de la televisión, la independencia de los periodistas y la designación de una autoridad de aplicación con capacidad de aplicar la regulación. Mientras tanto, este decreto será recordado como un punto de inflexión.

LUNES 11 DE JUNIO DE 2012 - COMCOSUR